Burlak, el cohete ruso lanzado desde un bombardero estratégico
Maqueta del Burlak/Diana. |
A lo largo de las últimas décadas se han propuesto numerosos sistemas de
lanzamiento espacial desde aviones, pero solo el Pegasus de la empresa
orbital logró entrar en servicio allá por 1990. Pero, ¿y Rusia? El
proyecto más parecido al Pegasus norteamericano desarrollado en este
país fue conocido como Burlak, aunque desgraciadamente
nunca llegó a hacerse realidad. A diferencia del Pegasus, que despega
desde un avión civil Lockheed L-1011 TriStar modificado, el Burlak debía
haber usado como plataforma el bombardero estratégico supersónico
Túpolev Tu-160.
Sistema de lanzamiento aéreo ruso Burlak. |
El origen del Burlak fue debido, como no, al fin de la Guerra Fría. En
1991 la empresa MKB Ráduga (‘arcoíris’) decidió adaptarse a los nuevos
tiempos. Ráduga se había dedicado hasta entonces a la construcción de
misiles, siendo su producto estrella el misil de crucero Kh-55 (Х-55),
capaz de alcanzar 3000 kilómetros lanzado desde los bombarderos Tu-95 y
Tu-160 cargado con una ojiva nuclear de 200 kilotones. MKB Ráduga usó
precisamente la tecnología del Kh-55 para crear el complejo de
lanzamiento aéreo AKK Burlak (Aviatsionno-Kosmícheski Kompleks Burlak) (los burlaki
eran los famosos bateleros del Volga, es decir, los trabajadores que se
dedicaban a remolcar barcos por los ríos de la Rusia imperial usando
como únicos recursos algunas cuerdas y la fuerza bruta. Puede que no sea
el nombre más apropiado para un sistema de lanzamiento espacial, aunque
si tenemos en cuenta sus rudos orígenes militares quizás la cosa tenga
más sentido).
Características del lanzador Burlak. |
Burlak era un cohete de dos etapas de 30,5 toneladas y unas dimensiones
de 21,4 x 1,6 metros capaz de situar en una órbita baja de entre 200 a
1100 kilómetros de altura una carga útil de entre 550 y 775 kg. Como
comparación, el Pegasus estadounidense posee tres etapas, una masa de
23,1 toneladas (Pegasus XL) y unas dimensiones de 17,6 x 1,3 metros,
siendo capaz de situar unos 440 kg en órbita baja. No obstante, la
principal diferencia consistía en que Pegasus era un lanzador de
combustible sólido, mientras que Burlak debía haber empleado
combustibles líquidos hipergólicos (hidracina y tetróxido de
dinitrógeno). En la primera etapa Burlak usaría un motor R0.201 de 70
toneladas de empuje, mientras que en la segunda llevaría un R0.202 de
8,5 toneladas. Se contempló la opción de usar una tercera etapa -versión
Burlak-T- para aumentar la carga útil en órbitas ecuatoriales hasta los
1500 kg.
Prestaciones del Burlak. |
La ventaja de usar un bombardero estratégico como el Tu-160 es que el
Burlak podía ser lanzado a una distancia de 5000 kilómetros con respecto
al aeropuerto o base usada por la aeronave, una distancia que podía
aumentar a 11000 kilómetros en caso de usar otro aeropuerto y no volver a
la pista de origen. De este modo se podían alcanzar latitudes muy
bajas, lo que aumentaba la capacidad de carga disponible para satélites
que no requieran órbitas polares. Puesto que fue diseñado usando la
tecnología de un misil de crucero, el Tu-160 era capaz de lanzar el
Burlak bajo casi cualquier condición meteorológica -la guerra nuclear no
entiende de mal tiempo- y tanto en vuelo subsónico (0,8 Mach y 10
kilómetros de altura) como supersónico (1,7 Mach y 13,5 kilómetros).
Burlak debía ser capaz de usar los sistemas de posicionamiento global
GPS o GLONASS para guiarse y aumentar así la precisión de su
trayectoria.
Modelo de un Tu-160SK con un Burlak. |
Burlak fue ofertado en el mercado internacional entre 1992 y 1994 bajo
el nombre paralelo de Diana gracias a la colaboración con la agencia
espacial alemana DARA (actualmente DLR). El coste por lanzamiento se
estimaba entonces en 2,5 millones de dólares, pero se encontró con una
serie de dificultades que impidieron su puesta en servicio. La más
importante era que se requería modificar el Tu-160 para las misiones
espaciales -la versión para lanzamientos del Burlak se denominó
Tu-160SK- y, obviamente, nos podemos imaginar que los militares rusos no
se mostraron muy entusiastas ante la idea de prescindir de una de sus
armas estratégicas favoritas. Por este motivo se intentó usar alguno de
los 19 Tu-160 ucranianos cuyo destino todavía estaba en el aire -nunca
mejor dicho- a mediados los años 90 (a finales de la década ocho de los
mismos fueron cedidos a Rusia y el resto fue desmantelado). Los
alemanes, por su parte, tenían pensado lanzar el Burlak desde el
Concorde, así que es difícil decidir cuál de las dos opciones era la
menos surrealista.
Maqueta del Burlak/Diana. |
Además del Tu-160SK, cada lanzamiento contaría con un avión Ilyushin
Il-76SK que serviría de centro de mando móvil y para recibir la
telemetría (en el caso del Pegasus esta tarea la realiza el mismo avión
lanzador). MBK Ráduga, en un alarde de entusiasmo, también planeó una
versión avanzada del Burlak, llamada Burlak-M, dotada de una primera
etapa con un motor hipersónico.
En 1995 se presentó en sociedad un avión Tu-160 con una maqueta de
madera del Burlak y para entonces se esperaba poder llevar a cabo el
primer lanzamiento en 1998. Los encargos no llegaron, pero el proyecto
se resistió a desaparecer. En 2001 el proyecto pasó a ser bautizado como
HAAL (High Altitude Aerial Launch) y el coste por misión aumentó a los
cinco millones de dólares. Como era de esperar, Burlak languideció
lentamente hasta desaparecer. Paradójicamente, su principal competencia
eran los lanzadores rusos como Dnepr o Rokot, construidos a partir de
misiles balísticos (ICBM). Con unos precios tan bajos, Burlak no tenía
nada que hacer contra ellos. Fuente: http://danielmarin.naukas.com/2015/09/23/burlak-el-cohete-ruso-lanzado-desde-un-bombardero-estrategico/, http://www.testpilot.ru/russia/raduga/burlak/burlak.htm,
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